lunes, 11 de enero de 2010

El bosque no puede gritar

Esta podría ser la historia de uno de los miles de bosques del planeta, pero en especial de la península Ibérica, y mas concretamente de una región llamada Alcarria.
Lo que antaño fueron Robles, encinas y jaras, hoy es pino carrasco.Una mala gestión, las prisas no tienen en cuenta lo que la tierra necesita, lo que es propio de cada suelo y entorno.
Pese a todo, un ecosistema nuevo, la vida se abrió camino, se fué el lobo, pero quedó el zorro y el jabalí, desapareció el ciervo pero vino el corzo, ya no anida el águila imperial, pero sí la Real, la culebrera y la calzada.
Quedó la gineta, la garduña y el tejón.
Esta segunda oportunidad, esta nueva riqueza vuelve a "molestar" al hombre.Al gran cazador,aquel que necesita la ventaja de que con tan sólo apuntar puede matar.
Así cepos, lazos, caza nocturna nada selectiva y venenos acaban con todo lo que se puede.
Se tiran bolas de naftalina para que la gineta y la garduña no le roben presas al gran cazador,moriran retorcidas de dolor mientras sus crias esperan a la puerta de la madriguera no a su madre, sino al hambre que las matará. Morirá el Tejón en un cepo de sed y desangrado, el sólo iba a comer lo justo para seguir, pues sabe que la energía que toma del bosque es sólo un préstamo que devolvería, una vez muerto, tras un plácido sueño de anciano al calor de su Tejonera.
Cayó del cielo, desplumada,con el pecho lleno de plomo y ardiendole el águila culebrera, sólo iba a comerse una serpiente,de esas que tanto asustan al gran cazador, sin embargo topó con la escopeta de un gran entendido del campo, de esos que piensan que toda rapaz es alimaña que mata por matar y les quita la caza,¿Que caza? ¿acaso tú tienes que alimentar así a tu familia?ella deja tres polluelos que ya no conoceran Africa,ni conoceran como será la próxima luna llena.
Esto está ocurriendo,necesitamos más ojos, más voces,si lo ves no dejes que tu silencio sea su atrocidad, se la voz del Roble

CARTA DEL JEFE SEATLE ANTES DE ABANDONAR LA TIERRA DONDE VIVIA

Cómo se puede comprar o vender el firmamento ni aún el calor de la tierra? Dicha idea nos es desconocida. Si no somos dueños de la frescura del aire ni del fulgor de las AGUAS, ¿cómo pueden ustedes comprarlo?.

Cada parcela de esta tierra es SAGRADA PARA MI PUEBLO. Cada brillante mata de pino, cada grano de arena en las playas, cada gota de rocío en los oscuros bosques, cada altozano y hasta el sonido de cada insecto es sagrado a la memoria y al pasado de mi pueblo. La savia que circula por las venas de los árboles lleva consigo las memorias de los pieles rojas.

Los muertos del hombre blanco olvidan su país de origen cuando emprenden sus paseos entre las estrellas; en cambio NUESTROS MUERTOS NUNCA PUEDEN OLVIDAR ESTA BONDADOSA TIERRA, puesto que es la madre de los pieles rojas. Somos parte de la tierra y así mismo ella es parte de nosotros.

Las flores perfumadas son nuestra hermanas; el venado, el caballo, el gran águila, éstos son nuestros hermanos. Las escarpadas peñas, los húmedos prados, el calor del cuerpo del caballo y el hombre, todos pertenecemos a la misma familia.


El AGUA cristalina que corre por los ríos y arroyuelos no es solamente AGUA, sino también REPRESENTA LA SANGRE DE NUESTROS ANTEPASADOS. Si les vendemos tierras, deben recordar que es sagrada y a la vez deben enseñar a sus hijos que es sagrada , y que cada reflejo fantasmagórico en las claras AGUAS de los lagos cuenta los sucesos y memorias de las vidas de nuestras gentes.

EL MURMULLO DEL AGUA, ES LA VOZ DEL PADRE DE MI PADRE.


Los ríos son nuestros hermanos y sacian nuestra sed; son portadores de nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Si les vendemos nuestras tierras ustedes deben recordar y enseñarles a sus hijos que los ríos son nuestros hermanos y también lo son suyos, y por lo tanto deben tratarlos con la misma dulzura con que se trata a un hermano.

Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestro modo de vida. Él no sabe distinguir entre un pedazo de tierra y otros, ya que es un extraño que llega de noche y toma de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermana, sino su enemiga; y una vez conquistada sigue su camino, dejando atrás la tumba de sus padres sin importarle. Le secuestra la tierra sus hijos. Tampoco le importa. Tanto la tumba de sus padres como el patrimonio de sus hijos son olvidados. Trata a su madre, la tierra, y a su hermano, el firmamento, como objetos que se compran, se explotan y venden como ovejas o cuentas de colores. Su apetito devorará la tierra dejando atrás sólo un desierto.

No sé, pero nuestro modo de vida es diferente al de ustedes. La sola vista de sus ciudades apena los ojos del piel roja. Pero quizá sea porque el piel roja es un salvaje y no comprende nada.

No existe un lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ni hay sitio donde escuchar cómo se abren las hojas de los árboles en primavera o cómo aletean los insectos.

Pero quizá también esto debe ser porque soy un salvaje que no comprende nada.

El ruido sólo parece insultar nuestros oídos. Y después de todo, ¿para qué sirve la vida si el hombre no puede escuchar el grito solitario del chotacabras ni las discusiones nocturnas de las ranas al borde de un estanque?

Soy un piel roja y no entiendo.

Nosotros preferimos el suave susurro del viento sobre la superficie de un estanque, así como el olor de ese mismo viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado con aromas de pino.

Por ello consideramos su oferta de comprar nuestras tierras. Si decidimos aceptarla, yo pondré una condición: el hombre blanco debe tratar a los animales de esta tierra como a sus hermanos.

Soy un salvaje y no comprendo otro modo de vida. He visto a miles de búfalos pudriéndose en las praderas, muertos a tiros por el hombre blanco desde un tren en marcha. Soy un salvaje y no comprendo cómo una MAQUINA HUMEANTE puede importar más que el búfalo al que nosotros matamos sólo para sobrevivir.

¿Qué sería del hombre sin los animales? Si todos fueran exterminados, el hombre también moriría de una gran soledad espiritual. Porque lo que le sucede a los animales también le sucederá al hombre. Todo va enlazado.

Deben enseñarles a sus hijos que el suelo que pisan son las cenizas de nuestros abuelos. Inculquen a sus hijos que la tierra está enriquecida con las vidas de nuestros semejantes a fin de que sepan respetarla.

Enseñen a sus hijos que la tierra está enriquecida con las vidas de nuestros semejantes a fin de que sepan respetarla. Enseñen a sus hijos que nosotros hemos enseñado a los nuestros que la tierra es nuestra madre. Si los hombres escupen en el suelo, se escupen a sí mismos.

Esto sabemos: la tierra no pertenece al hombre, el hombre pertenece a la tierra. Esto sabemos. Todo va enlazado, como la sangre que una a una familia. Todo va enlazado.

Todo lo que ocurra a la tierra le ocurrirá a los hijos de la tierra. El hombre no tejió la trama de la vida; él es sólo un hilo.

Lo que hace con trama se lo hace a sí mismo. Ni siquiera el hombre blanco, cuyo Dios pasea y habla con él de amigo a amigo, no queda exento del destino común.

Después de todo, quizá seamos hermanos. Ya veremos. Sabemos una cosa que quizá el hombre blanco descubra un día: nuestro Dios es el mismo Dios.

Ustedes pueden pensar ahora que Él les pertenece lo mismo que desean que nuestras tierras les pertenezcan; pero no es así, Él es el Dios de los hombres y su compasión se comparte por igual entre el piel roja y el hombre blanco.

Esta tierra tiene un valor inestimable para Él, y si se daña provocaría la ira del Creador. También los blancos se extinguirán, quizá antes que las demás tribus. Contaminen sus lechos y una noche perecerán ahogados en sus propios residuos.

Pero ustedes caminarán hacia su destrucción rodeados de gloria, inspirados por la fuerza del Dios que los trajo a esta tierra y que por algún designio especial les dio dominio sobre ella y sobre el piel roja. Ese destino es un misterio para nosotros, pues no entendemos por qué se exterminan los búfalos, se doman los caballos salvajes, se saturan los rincones secretos de los bosques con el aliento de tantos hombres y se atiborra el paisaje con exuberantes colinas con cables parlantes. ¿Dónde está el matorral? Destruido. ¿Dónde está el águila? Desapareció. Termina la vida y empieza la supervivencia…

Tomado de Espiritu Madre tierra

Bienvenid@, te escucho

Bienvenid@, este espacio, nuestro árbol, es un lugar donde mandar un mensaje para ayudar a la naturaleza en cualquiera de sus manifestaciones, una buena noticia, denunciar un hecho, pedir ayuda, cuantas mas voces, mas fuerte será la corteza.